La ruta del Galeón de Manila recorrió el vasto Océano Pacífico entre Acapulco y Manila durante dos siglos y medio, transportando valiosas mercancías y sirviendo como nexo comercial y político entre la Nueva España (hoy México) y la Capitanía General de Filipinas. Los galeones de Manila fueron objeto del acoso de piratas desde el siglo XVII, igual que lo habían sido las Flotas de Indias en el Caribe desde el siglo anterior. Mucho se ha escrito y exagerado sobre las "numerosas" capturas de galeones españoles y sus botines por parte de piratas ingleses y holandeses. Sin embargo, de todos los galeones que surcaron el Pacífico en ambas direcciones entre 1565 y 1815, sólo 4 fueron apresados.
Inglaterra y Holanda pretendieron siempre el dominio de las Islas Filipinas, por diferentes motivos. Ya desde el siglo XVI Inglaterra organizaba grandes expediciones al mando de corsarios, que eran auténticas empresas en las que participaba la propia monarquía inglesa. Su fin era dominar o aprovecharse del comercio americano y europeo, hasta entonces en manos de españoles y portugueses, con quien estaban frecuentemente en guerra. Estas expediciones de corso, que con frecuencia se convertían en piratería pura y dura, recorrían las costas hispanoamericanas cometiendo toda clase de robos y tropelías contra naves y puertos españoles, obteniendo a veces, beneficios cuantiosos. El pirata y corsario que más destacó por sus asaltos fue Francis Drake. La entonces Reina de Inglaterra, que participaba habitualmente como socia, y que recibía beneficios de estos actos de piratería, no tuvo el menor reparo en premiar a Drake con el título de Sir.
Sin embargo, Francis Drake no tuvo nunca el valor de adentrarse en el Pacífico y sus tropelías se limitaron a las costas de Perú, Chile, México, y hasta las de California, donde, en una ocasión, esperó sin éxito el paso del Galeón de Manila.
Otros piratas ingleses sí intentaron capturar el Galeón de Manila en aguas del Mar de China, pero en pocas ocasiones lo consiguieron. En muchos de estos intentos ingleses (Dampier, Clipperton, Selvocki, etc) la pericia y el arrojo de los marinos españoles consiguieron salvar los galeones. El primer galeón que fue capturado por los ingleses, lo hizo el pirata Thomas Cavendish el 4 de noviembre de 1587, esperándolo en las costas de California. Este pirata era el comandante de la expedición de dos barcos, el "Desire" y el "Content", que atacaron y apresaron el Galeón Santa Ana, al mando de Tomás Alzola. Logró incendiar el barco español, muriendo muchos tripulantes, entre ellos Fr. Juan de Armendáriz que regresaba de Filipinas, y apropiarse de un valioso botín que transportaba el galeón.
No fue hasta el 22 de diciembre de 1709, ciento veintidós años más tarde, que otro pirata inglés, Wood Rogers, al mando del "Duke", apresó y hundió el galeón español Nuestra Señora de la Encarnación, pilotado por el capitán franco-español Jean Presberty.
En el año 1743 la marina inglesa, al mando del almirante Anson, organizó una expedición compuesta por seis naves, armadas con 236 cañones, y 1.500 hombres, con el objetivo de atacar Manila. El galeón español Covadonga había salido de Acapulco el 15 de abril de 1743 con dirección a Manila. El día 16 de junio el barco inglés "Centurión" lo interceptó en aguas filipinas, dirigiendo el fuego de sus cañones hacia el costado del Covadonga. Después de dos horas de combate consiguió rendir el pabellón español. Los piratas ingleses lograron un botín valorado en 1.513.843 pesos de plata y 35.862 onzas en barra de plata, según versión inglesa. El galeón apresado fue llevado a Macao y vendido a un comerciante por 6.000 pesos.
Durante un nuevo intento inglés de tomar Manila en el año 1762, el galeón Santísima Trinidad entraba en la bahía de Manila cuando fue apresado por el pirata inglés Cornish, después de varias horas de combate. Fue llevado a Cavite para ser saqueado y después enviado de regreso al puerto inglés de Plymouth, donde también fue vendido con el nombre de Nuestra Señora del Buen Fin. Este fue el cuarto y último ataque con éxito de los piratas ingleses contra el Galeón de Manila.
Los holandeses, a pesar de sus intentos, nunca lograron apresar galeón alguno. Sus ataques se dirigieron más hacia la conquista de Manila, que tampoco consiguieron, y contra los portugueses, por el dominio de la especiería. La única victoria contra España, en todo caso pírrica, se produjo al atacar éstos la isla Hermosa o Formosa (hoy Taiwán) y expulsar a las fuerzas españolas cuando ya la permanencia hispana en la misma era discutida por las propias autoridades de Manila, y estaba a punto de producirse su abandono.
Por Juan Hernández Hortigüela
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