Primera página del capítulo "Filipinas (y Asia) en lo Hispánico", del libro "Prosas Cosmopolitas: Apuntes y Vivencias en Clave Hispánica (1962-1993)" del filólogo, jurista y poeta español D. Tomás Ramos Orea. Ver vínculo al capítulo completo, así como al libro, al final del texto.
"Creo que, manifiesta o soterradamente, los viajes siguen en nuestras vidas unas pautas con dinámica propia, como si el finalismo parcial de cada una de sus instancias buscara su acomodo justo en un organigrama más amplio; de forma que al considerarlos con la oportuna perspectiva suelen aportar a su ejecutor un sumando de decisiva coherencia...
Así conmigo. Aunque muy a grandes rasgos y con holgada indeterminación, las migraciones de mi espíritu afectadas a específicos cuadrantes planetarios han guardado, siquiera de lejos, cierta correspondencia respecto de otras tantas franjas temporales. Los años cincuenta tuvieron a Europa -virtud y necesidad coincidían- como principal y único campo de operaciones; la década de los sesenta, a América del Norte, a más países de Europa y a parte de Africa; la década de los setenta, a casi todas las Españas de Sudamérica, a lugares de Oceanía, a más países nuevos de Europa y, también, a más de Africa; la década de los ochenta, en fin, junto con el resto de las Españas de Centroamérica y del Caribe, mis desasosiegos exóticos tuvieron como ámbito a más países nuevos de Europa y algunos del Asia próxima, y supuso mi primera incursión en el propiamente dicho Lejano Oriente. Aquel viaje de finales de 1983 y comienzos de 1984, junto con Bangkok, Bali y Singapur, tuvo a Manila por destino más distante y, sin entrar aquí en las motivaciones turísticas y humanas de aquel inicial correteo mío por el Far East, tal fue la preñez emocional que me propiciaron algunos de los aspectos vitales de Filipinas, que a mi regreso a España publiqué en el diario Ideal de Granada, con fecha 23 de marzo 1984, el reportaje "Manila o la decepción iracunda", que incorporo en este punto al presente escrito.
Creo asimismo que el valor de un trabajo puede medirse desde muy distintas posiciones. A veces sus proposiciones y asertos, al seguir los meandros más o menos azarosos de la intuición, más o menos acertados del vaticinio impresionista, van cargándose de un sugestivo limo que, andando el tiempo, hace posible toda una floración de maduradas realidades. Algunos detalles de mi artículo "Manila..." redactado bajo el efecto de enfebrecida emocionalidad, no resistirían en el momento presente la prueba del rigor. Tampoco hace falta, me atrevo a añadir. Y si, como digo, ciertas apreciaciones parciales necesitarían revisión, me cumple confesar que pocos trabajos míos consienten, en tan gran medida, tal versatilidad de ulteriores desarrollos como "Manila o la decepción iracunda"; pocos escritos míos encierran tal polipasto de perspectivas encontradas, fusionadas, entrechocadas en armónica y apretada fusión y, por lo mismo, aupadas a una superior síntesis de cosmovisión humanística. La pequeña historia de estos encuentros y desencuentros tiene su trampolín eyector en aquella primera "iracundia", y de todo ello es de lo que ahora me gustaría dar cuenta..."
Tomás Ramos Orea es jurista, filólogo y poeta, doctor en derecho y doctor en filosofía y letras, residente en Alcalá de Henares (España). Ver Curriculum del Sr. Ramos.
"Filipinas (y Asia) en lo hispánico" (Cápitulo completo)
"Prosas Cosmopolitas: Apuntes y Vivencias en Clave Hispánica" (Libro)
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